Por lo general, asociamos a la naturaleza con el color verde, con los insectos, las plantas, los animales e incluso el agua. Los seres humanos tenemos dos posturas ante la naturaleza, o bien nos sentimos parte de ella y dejamos que todo siga su curso natural, o bien, nos sentimos, no solo fuera de ella sino además superiores.
En un día de campo, es posible escuchar a algún amigo o compañero de campamento gritar "¡ODIO LA NATURALEZA!" mientras golpea su brazo o su cuello matando un insecto, pero la naturaleza no se encuentra en todo lo que está por fuera del ser humano, sino en todo. Inclusive hasta podríamos hablar de una naturaleza humana.
Cuando algo que percibimos a través de nuestros sentidos, nos resulta extraño o consideramos que está por fuera del sentido común establecido, decimos que NO ES NATURAL, o dicho sea de paso, no es NORMAL. Pero para poder comprender todo lo que estamos desglosando, también hay que comprender el concepto de normal.
¿Es normal lo natural?, ¿es natural lo normal?. ¿Qué es lo normal?
Normal proviene de norma y una norma es una regla que hay que cumplir sino la ley podrá reprimir tus libertades. Entonces podemos suponer que algo o alguien "normal" es algo o alguien que sigue las reglas, leyes o normas. Pero si somos francos con nosotros mismos, nadie ni nada sigue todas las normas al pie de la letra ni las cumple a rajatabla. Ni los policías, ni los abogados, ni los jueces, ni los presidentes, ni los seres humanos.
Ahora bien, debemos comprender algo sumamente importante. El poder creó estas normas con la excusa de que, en el hipotético caso que no existieran las leyes, todos los seres que vivimos en sociedad, velaríamos por nuestra seguridad, y al ejercer nuestras libertades, seríamos capaces de liquidar a otros, o privarlos de sus derechos para beneficio propio.
Cuando alguien "no es normal" se lo tilda de loco, tonto, raro, etc. Pero el problema surge cuando todo lo que las normas han establecido como sentido común, nos resulta habitual y comenzamos a naturalizar ese sentido común impuesto por el poder para normalizar a todas las conciencias y así, de esa manera, poder ejercer con mucha mayor libertad la opresión.
El poder gana cuando comenzamos a normalizar y naturalizar las cosas que creemos que son habituales. Pero lo cierto es que nada es habitual en ninguna clase de circunstancia, ningún día es igual a otro. (Hasta lo poco habitual es habitual).
Bueno, existen las rutinas, lo sé; pero aunque existan las rutinas, nunca podremos saber jamás que es lo que está por ocurrir en el próximo segundo. Y es por eso que la vida es tan divertida, nunca sabremos qué es lo que ocurrirá.
Ahora bien, volviendo a la naturaleza. Es natural que alguien muera, lógico. También es normal que alguien que está cansado se acueste a dormir por dieciséis horas. Pero las actitudes o las situaciones que se nos presentan cotidianamente, ya sean propias o de un tercero, suelen ser analizadas por nuestros sentidos y si, encontramos algo que no es habitual en nuestra rutina, nos resulta curioso y raro. En esos casos nuestros sentidos se alertan para estar atentos ante cualquier desorden. Pero el desorden no siempre es malo, muchas veces salir de nuestro estado de comodidad es lo que más nos hace sentir vivos, lo que más nos hace sentir libres y nos conecta con nuestro instinto más animal, lo que nos resulta poco normal, es quizás lo que nos hace sentir más natural y salir de ese estado normal y natural de comodidad, suele ser una revelación introspectiva para dar marcha a todo por lo que estuvimos viviendo este tiempo.
Morir es natural, vivir también lo es. Lo normal es natural, pero también lo anormal es natural, porque todos hemos vivido una experiencia "poco normal" por consiguiente, lo que no es habitual, también es parte de la naturaleza.
En conclusión, mientras más normalizamos algo, más lo naturalizamos. Pero cuando creemos que algo es normal, no lo cuestionamos porque sabemos que eso es así porque tiene que ser así por sentido común, sin embargo hay que tener en cuenta que mientras más normalizamos, más naturalizamos, y cuando eso sucede, el poder es el que gana porque solidifica el sentido común que una sociedad vive y, excluye lo que no es normal, dejándolo de lado, etiquetándolo como malo, loco, extraño, raro, obsceno y negativo; pero lo más triste de todo es que, para la gran mayoría de la gente que nos rodea, ya se ha vuelto natural normalizar el sentido común sin cuestionarlo en lo absoluto.
El sentido común es, sin ir más lejos, todo lo que el poder considera normal, o mejor dicho, dentro de las normas establecidas por el propio poder. O para dejarlo aún más claro, para el poder, lo natural, lo normal, es lo que está bien, lo que cumple las normas.

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